La premisa del B.E.M. es que la salud plena sólo puede ser alcanzada por el proceso natural de cura y autorregulación de nuestro propio cuerpo. Para que esto ocurra, es necesario abordar el individuo como un todo – cuerpo, mente y energía. Nuestro cuerpo es un delicado equilibrio entre estructuras, sistemas y funciones. Nuestros pensamientos son energía en acción. Esas energías afectan a nuestro cuerpo de forma positiva o negativa, dependiendo de cómo pensamos. Todos los problemas físicos o emocionales son resultados del cultivo de pensamientos negativos por un cierto periodo de tiempo y aunque el trauma sea físico, la actitud mental del individuo puede inhibir o facilitar la recuperación.